IZQUIERDA UNIDA CANARIA DICE QUE ESTA CONSTITUCIÓN ES EL PROYECTO DE LA DERECHA
IUC critica que la Constitución permita privatizar la sanidad
Izquierda Unida Canaria (IUC) pide votar no a la Constitución europea el próximo domingo después de una campaña que, para el coordinador insular, Ramón Trujillo, ha sido una terapia de anestesia colectiva porque se han silenciado los argumentos de quienes se oponen al texto constitucional y porque los partidarios del sí han apelado más a la identificación emotiva con Europa que a razones concretas. Se ha identificado constantemente el apoyo a la Constitución con el apoyo a la Unión Europea y esto ha hecho pensar equivocadamente a mucha gente que el rechazo a la Constitución es un rechazo a la Unión Europea. Desde IUC se afirma que se va a votar una Constitución con unos contenidos que la mayor parte de la ciudadanía desconoce y que, a veces, son difíciles de comprender hasta para los juristas. Trujillo cree que algunos artículos de la Constitución debían haber sido explicados por los ejecutivos de las multinacionales europeas que los han inspirado y que conocen su alcance exacto. El tratado constitucional recoge las propuestas económicas elaboradas por la derecha neoliberal, durante los último veinticinco años, y les añade un barniz de retórica social para que la gente de izquierdas pueda votar tranquilamente las propuestas de la derecha.
A las razones que IUC ha hecho públicas durante las últimas semanas para rechazar la Constitución europea, añaden ahora la inexistencia en el texto constitucional de un compromiso con la sanidad pública y el que se de cabida a su privatización. IUC afirma que la salud pública sólo está garantizada para toda la ciudadanía en los países en que no ha sido privatizada y que, por ese motivo, la constitución debía cerrar las puertas a su privatización. Para la formación de izquierdas, Estados Unidos es el ejemplo perfecto de lo perjudicial que puede ser para la ciudadanía un sistema sanitario privatizado. Los estadounidenses tienen el mayor gasto sanitario por persona del mundo, pero su sistema de salud ocupa el puesto 36 en una clasificación internacional elaborada por la Organización Mundial de la Salud. Hay 46 millones de estadounidenses que carecen de acceso a la atención médica y se calcula que cada año mueren unas cien mil personas en ese país por falta de cobertura sanitaria. IUC considera que los datos disponibles obligan a constitucionalizar el carácter público de la sanidad si se quiere que esté al alcance de todo el mundo. Esto es algo que el tratado constitucional no hace y, por lo tanto, abre la puerta a la degradación de los sistemas de salud europeos.
IUC, pide el no a la Constitución porque consolida un espacio económico único con veinticinco espacios laborales y fiscales que harán competir a unos trabajadores europeos contra otros, a base de empeorar condiciones laborales, y tendrán que competir igualmente unos estados contra otros para bajar impuestos y reducir los recursos del Estado destinados a financiar sanidad, pensiones o educación. También porque tendremos un Parlamento Europeo menos democrático que el de cualquier estado miembro, más gasto militar y más dependencia de Estados Unidos a través de la OTAN; porque se constitucionalizará la posibilidad de introducir la pena de muerte en ciertos supuestos y , asimismo, se enuncian a la baja los derechos sociales.
Izquierda Unida Canaria (IUC) pide votar no a la Constitución europea el próximo domingo después de una campaña que, para el coordinador insular, Ramón Trujillo, ha sido una terapia de anestesia colectiva porque se han silenciado los argumentos de quienes se oponen al texto constitucional y porque los partidarios del sí han apelado más a la identificación emotiva con Europa que a razones concretas. Se ha identificado constantemente el apoyo a la Constitución con el apoyo a la Unión Europea y esto ha hecho pensar equivocadamente a mucha gente que el rechazo a la Constitución es un rechazo a la Unión Europea. Desde IUC se afirma que se va a votar una Constitución con unos contenidos que la mayor parte de la ciudadanía desconoce y que, a veces, son difíciles de comprender hasta para los juristas. Trujillo cree que algunos artículos de la Constitución debían haber sido explicados por los ejecutivos de las multinacionales europeas que los han inspirado y que conocen su alcance exacto. El tratado constitucional recoge las propuestas económicas elaboradas por la derecha neoliberal, durante los último veinticinco años, y les añade un barniz de retórica social para que la gente de izquierdas pueda votar tranquilamente las propuestas de la derecha.
A las razones que IUC ha hecho públicas durante las últimas semanas para rechazar la Constitución europea, añaden ahora la inexistencia en el texto constitucional de un compromiso con la sanidad pública y el que se de cabida a su privatización. IUC afirma que la salud pública sólo está garantizada para toda la ciudadanía en los países en que no ha sido privatizada y que, por ese motivo, la constitución debía cerrar las puertas a su privatización. Para la formación de izquierdas, Estados Unidos es el ejemplo perfecto de lo perjudicial que puede ser para la ciudadanía un sistema sanitario privatizado. Los estadounidenses tienen el mayor gasto sanitario por persona del mundo, pero su sistema de salud ocupa el puesto 36 en una clasificación internacional elaborada por la Organización Mundial de la Salud. Hay 46 millones de estadounidenses que carecen de acceso a la atención médica y se calcula que cada año mueren unas cien mil personas en ese país por falta de cobertura sanitaria. IUC considera que los datos disponibles obligan a constitucionalizar el carácter público de la sanidad si se quiere que esté al alcance de todo el mundo. Esto es algo que el tratado constitucional no hace y, por lo tanto, abre la puerta a la degradación de los sistemas de salud europeos.
IUC, pide el no a la Constitución porque consolida un espacio económico único con veinticinco espacios laborales y fiscales que harán competir a unos trabajadores europeos contra otros, a base de empeorar condiciones laborales, y tendrán que competir igualmente unos estados contra otros para bajar impuestos y reducir los recursos del Estado destinados a financiar sanidad, pensiones o educación. También porque tendremos un Parlamento Europeo menos democrático que el de cualquier estado miembro, más gasto militar y más dependencia de Estados Unidos a través de la OTAN; porque se constitucionalizará la posibilidad de introducir la pena de muerte en ciertos supuestos y , asimismo, se enuncian a la baja los derechos sociales.
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