LA CONSTITUCIÓN EUROPEA Y EL ESPACIO EUROPEO DE EDUCACIÓN SUPERIOR
La Constitución Europea que con tanta insistencia nos quieren imponer no es la constitución de los trabajadores europeos, sino la del capital europeo. Muchas veces hemos oído hablar de la necesidad de tener un mercado competitivo que pueda hacer frente a los Estados Unidos y Japón en materia económica, premisa básica para crear una Gran Europa. Para ello se hacen necesarias una serie de reformas en materia laboral, fiscal, seguridad social, etc
que si bien estimularán las inversiones de nuestros queridos empresarios, endurecerán más y más la actual situación de pérdida de calidad de vida y derechos sociales de los trabajadores europeos.
Nuestras Universidades también están en el punto de mira de estas reformas. El mensaje de las clases dominantes es claro: a la universidad va mucha gente, es un gasto innecesario y además la formación de los estudiantes universitarios no se corresponde con la necesaria para desenvolverse en el mercado laboral europeo.
Por ello han creado el Espacio Europeo de Educación Superior, al cual tendrán que adaptarse todos los países antes del 2010. Bajo la excusa de favorecer la movilidad de profesores y estudiantes (mediante la homologación de títulos), pretenden reformar los planes de estudios universitarios, disminuyendo su cualificación e impidiendo a la juventud trabajadora el acceso a la educación superior.
Con el Espacio Europeo todas las carreras universitarias tendrán una estructura compuesta por un primer grado (equivalente a una diplomatura), que tendrá contenidos generales orientados al mundo laboral, tras el cual podrás abandonar la Universidad y buscar trabajo con el título de graduado. Esto provocará la desaparición de numerosas carreras, las cuales se fusionarán en dicho primer grado (en lugar de filología francesa, española, inglesa y clásica, un primer ciclo de filología general, p. ej.). El posgrado (el actual segundo ciclo, que lleva a la licenciatura) pasará a llamarse master, y se considerará como la especialización en un determinado ámbito del conocimiento. Obviamente lo cursarán los estudiantes de mejor situación socioeconómica, una minoría permisible que tendrá el privilegio de continuar en la Universidad.
Para los ideólogos del Espacio Europeo esto significa adaptar la Universidad a la sociedad, es decir, a los requerimientos empresariales del momento. Ellos no necesitan universitarios especializados en alguna rama del saber científico o humanístico, eso a ellos no les hace falta. Lo que necesitan son futuros trabajadores que dominen los conocimientos mínimos para desenvolverse en un mercado laboral flexible, precario y portador de las nuevas tecnologías.
También se reformará el actual sistema de créditos universitarios. Hasta ahora estos equivalen a horas de docencia teórica y práctica; al comprar los créditos compras el derecho a recibir esas clases y el derecho a examen. El nuevo sistema de créditos europeos se basa en la figura del estudiante full time, dedicado a tiempo completo a sus estudios. Es por ello que los nuevos créditos incluyen la asistencia OBLIGATORIA a clases, prácticas, seminarios, tutorías, preparación de exámenes, y cualquier otra actividad académicamente dirigida.
Esta medida resulta bastante peligrosa para todos aquellos universitarios que trabajan para pagarse los estudios, los cuales tendrán que elegir entre trabajar o estudiar, dada la incompatibilidad de los horarios. Tampoco tienen en cuenta las otras facetas que puede desarrollar un estudiante: cultural, politica, deportiva, asociativa, sexual , las cuales tendrán que ser dejadas a un segundo plano si se quieren continuar los estudios superiores.
A modo de conclusión, la Constitución Europea y el Espacio Europeo de Educación Superior quieren una Universidad al servicio del mercado, no al servicio de los europeos. Frente a este modelo, nosotros proponemos un modelo de Universidad gratuito y universal, que esté a la vanguardia del desarrollo científico, humanístico, técnico y artístico. Una universidad que actúe no buscando el beneficio de cuatro empresarios, sino la mejora de las condiciones de vida del ser humano.
Nuestras Universidades también están en el punto de mira de estas reformas. El mensaje de las clases dominantes es claro: a la universidad va mucha gente, es un gasto innecesario y además la formación de los estudiantes universitarios no se corresponde con la necesaria para desenvolverse en el mercado laboral europeo.
Por ello han creado el Espacio Europeo de Educación Superior, al cual tendrán que adaptarse todos los países antes del 2010. Bajo la excusa de favorecer la movilidad de profesores y estudiantes (mediante la homologación de títulos), pretenden reformar los planes de estudios universitarios, disminuyendo su cualificación e impidiendo a la juventud trabajadora el acceso a la educación superior.
Con el Espacio Europeo todas las carreras universitarias tendrán una estructura compuesta por un primer grado (equivalente a una diplomatura), que tendrá contenidos generales orientados al mundo laboral, tras el cual podrás abandonar la Universidad y buscar trabajo con el título de graduado. Esto provocará la desaparición de numerosas carreras, las cuales se fusionarán en dicho primer grado (en lugar de filología francesa, española, inglesa y clásica, un primer ciclo de filología general, p. ej.). El posgrado (el actual segundo ciclo, que lleva a la licenciatura) pasará a llamarse master, y se considerará como la especialización en un determinado ámbito del conocimiento. Obviamente lo cursarán los estudiantes de mejor situación socioeconómica, una minoría permisible que tendrá el privilegio de continuar en la Universidad.
Para los ideólogos del Espacio Europeo esto significa adaptar la Universidad a la sociedad, es decir, a los requerimientos empresariales del momento. Ellos no necesitan universitarios especializados en alguna rama del saber científico o humanístico, eso a ellos no les hace falta. Lo que necesitan son futuros trabajadores que dominen los conocimientos mínimos para desenvolverse en un mercado laboral flexible, precario y portador de las nuevas tecnologías.
También se reformará el actual sistema de créditos universitarios. Hasta ahora estos equivalen a horas de docencia teórica y práctica; al comprar los créditos compras el derecho a recibir esas clases y el derecho a examen. El nuevo sistema de créditos europeos se basa en la figura del estudiante full time, dedicado a tiempo completo a sus estudios. Es por ello que los nuevos créditos incluyen la asistencia OBLIGATORIA a clases, prácticas, seminarios, tutorías, preparación de exámenes, y cualquier otra actividad académicamente dirigida.
Esta medida resulta bastante peligrosa para todos aquellos universitarios que trabajan para pagarse los estudios, los cuales tendrán que elegir entre trabajar o estudiar, dada la incompatibilidad de los horarios. Tampoco tienen en cuenta las otras facetas que puede desarrollar un estudiante: cultural, politica, deportiva, asociativa, sexual , las cuales tendrán que ser dejadas a un segundo plano si se quieren continuar los estudios superiores.
A modo de conclusión, la Constitución Europea y el Espacio Europeo de Educación Superior quieren una Universidad al servicio del mercado, no al servicio de los europeos. Frente a este modelo, nosotros proponemos un modelo de Universidad gratuito y universal, que esté a la vanguardia del desarrollo científico, humanístico, técnico y artístico. Una universidad que actúe no buscando el beneficio de cuatro empresarios, sino la mejora de las condiciones de vida del ser humano.
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