POR UNA UNIÓN EUROPEA QUE APUESTE POR EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y LA DEFENSA DEL MEDIOAMBIENTE, DECIMOS NO
El presente texto de CE se hace valedor de la interpretación de desarrollo sostenible que los defensores del libre mercado han venido difundiendo.
El desarrollo sostenible es aquel desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. La apuesta por un modelo consumista y altamente competitivo choca directamente contra la concepción originaria de desarrollo sostenible.
El modelo económico que defiende el presente tratado de CE tendente al mercado financiero único refuerza el capital especulativo, que devasta el medioambiente.
La Constitución Europea subordina el desarrollo sostenible al crecimiento económico en una economía altamente competitiva, la cual se ha venido plasmando en la deslocalización de empresas, en la Política Agraria Común o el consumo de combustibles fósiles, entre otros.
La deslocalización de las empresas fomenta el comercio de larga distancia, lo que determina un insultante gasto energético. Para cubrir esa deslocalización, se pretende aumentar las infraestructuras de transporte, sobre todo el tren de alta velocidad, a pesar de que la misma UE asume la saturación de medios de transporte en Europa.
La Política Agraria Común favorece el monocultivo, el uso de pesticidas y fertilizantes químicos y un gasto insostenible de recursos hídricos en el sur de la UE.
No hay un compromiso en el tratado para defender la biodiversidad en la Unión Europea.
No se reconoce el Derecho de las Personas a un Ambiente Sano (como recoge el Convenio de Aarhus firmando por la UE y sus estados miembros).
El desarrollo sostenible es aquel desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. La apuesta por un modelo consumista y altamente competitivo choca directamente contra la concepción originaria de desarrollo sostenible.
El modelo económico que defiende el presente tratado de CE tendente al mercado financiero único refuerza el capital especulativo, que devasta el medioambiente.
La Constitución Europea subordina el desarrollo sostenible al crecimiento económico en una economía altamente competitiva, la cual se ha venido plasmando en la deslocalización de empresas, en la Política Agraria Común o el consumo de combustibles fósiles, entre otros.
La deslocalización de las empresas fomenta el comercio de larga distancia, lo que determina un insultante gasto energético. Para cubrir esa deslocalización, se pretende aumentar las infraestructuras de transporte, sobre todo el tren de alta velocidad, a pesar de que la misma UE asume la saturación de medios de transporte en Europa.
La Política Agraria Común favorece el monocultivo, el uso de pesticidas y fertilizantes químicos y un gasto insostenible de recursos hídricos en el sur de la UE.
No hay un compromiso en el tratado para defender la biodiversidad en la Unión Europea.
No se reconoce el Derecho de las Personas a un Ambiente Sano (como recoge el Convenio de Aarhus firmando por la UE y sus estados miembros).
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